En el entorno
actual, poder disponer del acceso a
préstamos sin nómina resulta indispensable si se desea que toda la sociedad
tenga acceso a la financiación, una necesidad que nace un cambio de paradigma
global del mercado laboral y de la economía mundial.
Desde la segunda
parte del siglo XX, el mundo se encamino a un modelo de trabajo basado en el
uso de capital humano intensivamente, bajo un patrón de funcionamiento muy
marcado entre el trabajador y el empresario en el cual, el segundo, a cambio de
la fuerza laboral del primero le aportaba seguridad, estabilidad y unos
ingresos recurrentes y estables al primero, eso en el siglo XXI ya no funciona
así.
En el siglo XXI se
está transitando de forma acelerada desde ese esquema sumisión de una parte
hacia la otra a una relación de igual a igual donde ya no se trata de
protectores ni protegidos sino de una prestación de servicios de una parte que
ofrece sus servicios a otra que está interesada en contratar los servicios que
ofrece la primera.
Cambios profundos en las relaciones laborales
Lo anterior genera,
y generará grandes profundos en el mercado laboral, en las relaciones laborales
y en la sociedad en general pero, sobre todo, provoca una transformación sin
precedentes en las últimas décadas: el concepto de trabajo fijo y de nómina
fija está en extinción y se pasa a un modelo de trabajos por proyectos (de todo
ello por ejemplo la importancia de los préstamos
sin nómina).
Esta nueva
modalidad de trabajar supone que cada profesional ahora es responsable de
cuidar y generar su propia marca personal en el ámbito profesional, cada
profesional es responsable e ofrecer sus servicios y de crearse su empleo, de
ganarse el empleo día a día con los proyectos que se le presenten.
Obviamente lo
anterior supone trabajarse mucho la empleabilidad y saber virar y transformarse
desde un modelo donde lo importante era la fuerza física y la habilidad manual
en los puestos de trabajo, a un modelo donde lo que importa es la creatividad,
la aportación de valor añadido y el trabajo más conceptual y tecnológico que no
las tareas rutinarias y mecánicas desaparecen, quedan obsoletas o quedan en
manos de la automatización.
Por supuesto, ese
tránsito no es fácil y tiene sus inconvenientes como es por ejemplo el gran
número de desempleados en primera instancia que le situación genera en
determinadas capas de la sociedad a las que no les resulta fácil el cambio,
pero sin duda también genera grandes oportunidades y es que en realidad nada se
crea ni se destruye sino que se transforma y en este caso es eso lo que sucede
que el mundo se transforma hacia una nueva demanda de competencias laborales y
una nueva estructuración de las relaciones laborales.
Lo anterior
centrado en el caso que aquí nos ocupa que no es otro que la necesidad de los préstamos sin nómina para el nuevo
paradigma decir que los mismos resultarán indispensables en la nueva era
presente, y mucho más en la era que se avecina en el inmediato plazo.
En realidad, los
préstamos sin nómina no son una novedad y hace muchos años que están en el
mercado para dar cobertura y positiva respuesta a las necesidades de
financiación de todo tipo de personas que no disponían de nómina o que aun y
disponiendo de la misma, esta no reunía o reúne las condiciones para que le
fuesen o le sean concedidos préstamos que sí que requieren nómina.
Una nueva realidad en el ámbito de la financiación
Ello siempre sigue
siendo así, lo sigue siendo y lo seguirá siendo obviamente para aquel segmento
de la población que siga manteniendo una nómina, pero ello cada vez será menos
usual.
Además de todo lo
anterior cabe añadir que las entidades bancarias tradicionales tienen planteado
el esquema de financiación basado en el sistema laboral antiguo, y son entes
bastante inamovibles al respecto por lo que los mismos no pueden, quieren ni en
realidad sus estructuras están adaptadas para poder otorgar préstamos sin nómina, y de allí la
importancia de que exista una oferta alternativa de estos.
Así, y en resumidas
cuentas, los préstamos sin nómina cada
vez más aumentarán el peso que tienen dentro de todos los productos de
financiación personales, y lo harán en base a dos grandes realidades: por un
lado la existencia de una realidad cada vez más creciente e imparable de un
nuevo modelo de relaciones profesionales que impone nuevas realidades de garantías
crediticias que las entidades bancarias no están preparadas para asumir, y por
otro lado porque aun y cuando sigan existiendo relacionales laborales con
nómina clásica en muchas ocasiones el beneficiario de las mismas no cumple con
todos los requisitos crediticios exigidos.